martes, 11 de mayo de 2010

AHUYENTARON A LOS LOBOS ¿Y?

El Observador
Samuel García / Milenio
Un lunes de locura, eso fue la jornada financiera que ayer vivió Europa. Las manadas de lobos —como definió a los especuladores el viernes pasado el ministro de finanzas sueco, Anders Borg— fueron finalmente ahuyentadas a base de cañonazos de liquidez lanzados desde Bruselas.
Fueron 720 mil millones de euros, casi un billón de dólares, el monto de las municiones que el lunes por la madrugada acordaron acumular los ministros de Finanzas europeos, el banco central europeo y el Fondo Monetario Internacional en una histórica demostración de fuerza para defender el euro y su sistema. Y, claro, los lobos huyeron provocando una espectacular alza de precios de las acciones europeas, especialmente de las bancarias. Eufóricos hasta la locura, el Ibex-35 de la Bolsa de Madrid creció en un histórico 14.4 por ciento, tendencia que siguieron todas los mercados europeos, asiáticos y americanos, recuperando prácticamente las pérdidas de los aciagos días de la semana anterior. De repente, la tranquilidad en la pradera europea pareció regresar con tanta facilidad como si la amenaza griega, irlandesa, portuguesa, islandesa o española, de las que tanto se habló en los meses anteriores, nunca hubiesen existido.
No. Lamentablemente no es así de fácil. Es cierto que la acción concertada del fin de semana entre los ministros de Finanzas europeos y el Fondo Monetario Internacional fue una estrategia urgente y acertada que ayudó a crear un frente de liquidez para ahuyentar a los lobos, antes de que éstos hicieran añicos la deuda de varios países europeos con terribles consecuencias para la eurozona y su futuro. Es como si ante el amigo endeudado hasta las manitas usted hubiera salido a firmar garantías para que no lo metieran en la cárcel. Esa buena acción suya le resuelve el problema inmediato de no caer en la cárcel, pero no cambia la realidad del grave endeudamiento de su amigo que, tarde o temprano, tendrá que pagar su deuda. Y para ello no tiene más alternativas que trabajar duro, comer poco y pagar —intereses y capital— todo lo que pueda. Y claro, en el proceso, tampoco está exento de ir a la cárcel ante cualquier resbalón en su cumplimiento.
Pues bien, esa es la situación de varios de los países europeos, comenzando por Grecia. Una vez ahuyentados los lobos —por lo menos por ahora— tendrán que apretarse aún más el cinturón presupuestal para pagar sus deudas, provocando un crecimiento más lento de sus economías y, lo peor, alargando la recuperación del empleo. En los próximos meses y años tendremos a una Europa con bajo crecimiento económico, altos niveles de desempleo, un euro débil y a un puñado de lobos rapaces olfateando la debilidad de alguna de sus presas para lanzar el zarpazo.
Sígale la pista...
Por cierto, “los tres mugrientos camiones RTP que no deberían estar estacionados en el carril de baja” que mencionó Ciro Gómez Leyva en su relato de ayer, son los tres, cuatro, cinco o más camiones que permanentemente están estacionados sobre la avenida Revolución, casi esquina con Barranca del Muerto, al sur de la Ciudad de México, sin que ninguna autoridad de Benito Juárez o del Distrito Federal sea capaz de hacer algo ante los todopoderosos transportistas. En esa esquina los accidentes y robos —como el relatado por Gómez Leyva— abundan.

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