sábado, 8 de mayo de 2010

MÉXICO SA

Hacienda mata, con otro gasolinazo, dato “positivo” del Banco de México
Autoridades se adelantan al Día de las Madres
Migrantes se defienden solos
Carlos Fernández-Vega / La Jornada
Más tardó el Banco de México en salir a celebrar la baja de 0.70 puntos porcentuales en la inflación durante abril”, que la Secretaría de Hacienda en autorizar el quinto aumento, en lo que va del año, a los precios de los combustibles, en una proporción promedio de 0.79 por ciento, con lo que la dependencia a cargo del doctor “catarrito” deberá corregir al alza sus proyecciones en la materia, pues la decisión de la SHCP impacta a toda la cadena de producción y comercialización en el país.
A partir de hoy, con los nuevos incrementos –que no será el último, desde luego– las gasolinas Magna y Premium se expenderán al público en 8.2 y 9.82 pesos por litro, respectivamente (con aumentos de 8 y 4 centavos, en cada caso), y el Diesel a 8.56 pesos (8 centavos más), con lo que a lo largo del aún joven 2010 el precio de estos energéticos ha crecido más de 5 por ciento. De acuerdo con los concesionarios de las gasolineras al cierre del presente año los precios de estos combustibles se habrán incrementado no menos de 12 por ciento, una proporción 3.5 veces superior a la inflación general, estimada en 3.3 por ciento por el gobierno calderonista, el que presume transitar “por el rumbo correcto” (una frase que, dicho sea de paso, pronunció insistentemente cada uno de sus cuatro antecesores en Los Pinos, con los resultados por todos conocidos y padecidos).
Por la mañana de ayer celebraba el Banco de México la citada “baja”, pero al mismo tiempo subrayaba que la mayor presión inflacionaria en abril pasado provino del precio alcista de la gasolina de bajo octanaje (Magna), una advertencia recurrente en los informes de ese organismo, especialmente en los tiempos de Guillermo Ortiz (hoy flamante miembro del consejo de administración del Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur, presidido por Fernando Chico Pardo). A la Secretaría de Hacienda le disgustó el festejo del doctor “catarrito” y decidió apestárselo con la autorización (que no el anuncio al público consumidor, porque el nuevo incremento lo difundieron los empresarios de las gasolineras concesionadas).
El tacto político de la Secretaría de Hacienda quedó más que demostrado, pues puso en práctica la referida decisión antes del Día de las Madres, previendo así cualquier descortesía y recordatorio de los consumidores, quienes tampoco olvidan, y menos sus menguados bolsillos, el aumento mensual al precio del gas doméstico ordenado por el régimen de “para vivir mejor”. Oficialmente, a lo largo del calderonato el índice nacional de precios ha reportado un crecimiento de 17.53 por ciento, pero la inflación en algunos sectores supera con creces esa proporción, especialmente el de alimentos y bebidas, cuyos precios han aumentado más de 27 por ciento a lo largo de un gobierno constitucionalmente que pide ayuda “al cielo y a Dios” para que lo “ilumine” (adivinen de quién es la petición) y de pasadita le permita ir al mundial de Sudáfrica.
En fin, mexicanos pagadores, ya viene la nueva ola de alza de precios por la sabia decisión de la Secretaría de Hacienda. Y en vía de mientras, el citado informe del Banco de México asegura que “en abril de 2010 el índice nacional de precios al consumidor tuvo una reducción de 0.32 por ciento. Por su parte, la inflación general anual se ubicó en 4.27 por ciento, lo que representó una baja de 0.70 puntos porcentuales respecto al dato reportado el mes previo. Esta disminución en la variación anual del INPC de abril respecto a marzo se explica, en parte, por una menor inflación subyacente. Asimismo, se registró una variación negativa en el índice no subyacente, la cual estuvo influida, principalmente, por descensos en las cotizaciones de los productos agropecuarios, y de la electricidad. El índice de precios de la canasta básica de consumo registró una baja de 0.53 por ciento en abril de 2010, con lo que la tasa de crecimiento anual de este indicador se situó en 4.35 por ciento (en el mes previo la cifra comparable fue 4.88 por ciento)”.
En el mes referido, apunta el Banco de México, “el índice de precios no subyacente presentó una baja mensual de 1.46 por ciento, con lo que su tasa de inflación anual se ubicó en 4.70 por ciento (la tasa comparable obtenida en marzo de 2010 fue 6.53 por ciento). La reducción en la inflación del índice referido se explica, principalmente, por disminuciones en las cotizaciones del subíndice de los productos agropecuarios. La tasa de variación anual de dicho subíndice se ubicó en 3.71 por ciento durante abril de 2010 (en el mes previo el dato correspondiente fue 9.11 por ciento). Las frutas y verduras que destacaron por la trayectoria a la baja de sus precios fueron: jitomate, papa, calabacita, cebolla y mango. Por su parte, el subíndice de los bienes y servicios administrados y concertados registró una inflación anual de 5.24 por ciento (5.19 por ciento el mes anterior). Este resultado estuvo influido, especialmente, por incrementos en los precios de la gasolina de bajo octanaje y por las tarifas del transporte colectivo. En contraste, se presentaron descensos en las cotizaciones de la electricidad, debido al inicio del programa de verano cálido en diversas ciudades del país”.
Por lo que toca a los precios al productor, el índice de mercancías y servicios finales, excluyendo petróleo, registró una disminución de 0.26 por ciento en abril de 2010 (en abril de 2009 la baja comparable fue de 0.54 por ciento). Con ello, la tasa de crecimiento anual de este indicador se ubicó en 3.52 por ciento, resultado 0.30 puntos porcentuales mayor respecto del dato de marzo (3.22 por ciento). Esta última diferencia se debió, en gran parte, al aumento en la tasa de crecimiento anual de los precios de los automóviles y del sector de la construcción.
Eso asegura el Banco de México, pero la mejor medición de los precios y de la realidad nacional no es otra que el bolsillo de los mexicanos y el estómago de sus familias.
Las rebanadas del pastel
Como era de esperarse, la mejor defensa de la paisanada en Estados Unidos no proviene de Los Pinos, como alguien comprometió, sino de los propios migrantes y sus organizaciones, la cual ahora se ve reforzada por la inminente cuan decidida acción de algunas autoridades gubernamentales del vecino del norte… Un beso de su tamaño para mi amado Chícharo por su octava velita.

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