miércoles, 26 de mayo de 2010

NUEVO CATARRITO POR EUROPA

Rogelio Ramirez de la O / El Universal
La crisis del euro es parte de la misma crisis iniciada en 2008, sólo en una nueva fase. Tiene consecuencias negativas en México, aunque no comparables a las de 2009, si los gobiernos no cometen demasiados errores. Si hay errores, el desplome será mayúsculo.
México será afectado en tres circuitos. Uno es la exportación mexicana y el turismo europeo. Otro son los flujos de inversión y de crédito. Y el tercero, el más importante, los efectos sobre la economía global.
El impacto directo en las exportaciones mexicanas es pequeño, pues sólo el 5% de ellas y 13% de las importaciones son con la Unión Europea. El impacto en el turismo es similar, aunque ocurre cuando el turismo ya está muy golpeado.
Los flujos de inversión directa europea son más importantes y tendrán mayor impacto, sobre todo en las manufacturas y la construcción. La inversión de España en México ya se desplomó desde 2009, lo que explica gran parte de la parálisis en infraestructura, así como que un solo año estos flujos hayan caído de 23 mil millones a 11 mil millones de dólares. Con la nueva situación pueden caer más o no recuperarse.
Otro efecto es sobre el crédito, por la alta participación de los bancos españoles en México. La crisis de Europa ha mutado de crisis fiscal en varias naciones a una crisis de todos los bancos europeos. Esto porque dichos bancos tienen sus balances copados no sólo de bonos gubernamentales de Grecia, España, Irlanda o Portugal que hoy no hay quien los quiera comprar. También tienen deuda privada. Por lo tanto tendrán que seguir tomando pérdidas ante una recesión tan profunda, en especial la deuda española de vivienda, construcción, bienes raíces y consumo, estando el desempleo en 20% y aumentando con las medidas de ajuste.
España, aparte de la deuda gubernamental de 53% del PIB, tiene deuda de las familias por 88% del PIB, más deuda corporativa de 136% del PIB. Simplemente, el país está bajo una montaña de deuda. Para tratar de fortalecer su capital frente a pérdidas probables los bancos españoles recortarán el crédito en México y repatriarán todo lo que puedan a Madrid.
El efecto más serio estará en el impacto global de la crisis de Europa. Estos países son el principal cliente de China y de otros países asiáticos, los cuales ya esperan una caída de exportaciones y producción. Por lo tanto habrá menor demanda de materias primas y menor crecimiento en los países exportadores de materias primas.
Al igual van a resultar golpeadas las exportaciones estadounidenses y, de ahí, indirectamente las de México. Por eso el crecimiento global será menor que lo que se esperaba hasta hace poco. El encarecimiento del crédito será global, mientras haya desconfianza en la solidez de los bancos europeos y cómo afectan a los bancos de otros países.
La principal fuente de posibles errores estriba en que quien tiene la única chequera de Europa (Alemania) no está al frente de las decisiones inmediatas indispensables en casos de pánico ni de la comunicación. Las decisiones pasan por toda la burocracia política europea. Más aun, la población alemana está en contra de rescatar a otros países y sobre todo a los bancos, sabiendo que éstos financiaron los excesos y ahora no quieren reconocer sus pérdidas.
México estaba apenas rebotando de la caída que tuvo en 2009 de 6.5% en su producto interno bruto. El rebote había sido fuerte en la industria automotriz, pero no había impulsado aún el empleo. Por eso el mercado interno no comienza a recuperarse. Hoy las expectativas deben revisarse a la baja, no sólo para 2010, sino para varios años.
Analista económico


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