martes, 4 de mayo de 2010

PRONOSTICOS 2010 Y REALIDADES

José Luis Calva / El Universal
El pronóstico de crecimiento del PIB mexicano de 2.5% en 2010, presentado por el Departamento de Análisis Macroeconómicos del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la UNAM, en Situación y perspectivas de la economía mexicana. Invierno 2009-2010 (www.iiec.unam.mx/contenido/departamento-analisis-macroeconomicos-prospectivos-coyuntura), resultó cercano al de la OCDE, que pronostica un crecimiento del PIB de 2.7% en 2010 (EL UNIVERSAL, 20/04/10), pero inferior a los pronósticos oficiales que anticipan un crecimiento del PIB de 4% a 5%; y, desde luego, menor que el de Barclays Capital que pronostica 5.5%.
Los datos duros de México no corroboran la hipótesis de un crecimiento robusto en 2010. El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), que refleja el comportamiento mensual del PIB, presentó en el primer bimestre de 2010 un crecimiento de sólo 2.9% respecto del bajísimo nivel de igual periodo de 2009, cuando el IGAE cayó de 9.6% respecto al primer bimestre de 2008.
No es sorprendente: los motores internos del crecimiento están apagados. En enero-febrero de 2010, las ventas al mayoreo cayeron 1.7% respecto a igual bimestre de 2009; y las ventas al menudeo registraron una caída de 3.8%. Además, el índice de confianza de los consumidores, que había caído desde 102.3 puntos en el primer bimestre de 2008 hasta 80.43 puntos en enero-febrero de 2009, apenas alcanzó los 81.37 puntos en igual periodo de 2010, registrando 81.81 puntos en marzo.
Los indicadores de empleo siguen débiles. Los trabajadores registrados en el IMSS en marzo de 2010, fueron 148,859 más que en noviembre de 2009, de los cuales sólo 66,555 fueron trabajadores permanentes y los 82,304 restantes fueron eventuales. Además, el crédito al consumo durante el primer trimestre de 2010 cayó a tasa de 19% respecto al mismo periodo de 2009; y las remesas hacia México, cayeron 12% en el primer trimestre de 2010 respecto al mismo periodo de 2009.
La política fiscal no está impulsando la reactivación de la economía, sino al contrario: el alza del ISR —que entró en vigor en 2010— está significando una disminución del ingreso disponible de los hogares; y el incremento del IVA —de 15% a 16% en este año— se está reflejando en alzas de precios de bienes y servicios, con la consiguiente reducción del poder de compra de las familias, afectando en consecuencia el consumo interno privado.
La debilidad de los motores internos del crecimiento explica por qué el importante crecimiento observado en las exportaciones mexicanas —que se incrementaron 32.8% en el primer trimestre de 2010 respecto de igual periodo de 2009— no está trayendo consigo un fuerte crecimiento del PIB agregado de México, reflejado en el IGAE.
Para el resto del año, la esperanza de un fuerte crecimiento del PIB derivado de un efecto de arrastre de las exportaciones no parece ser realista, debido a la debilidad de la recuperación de EU. En el cuarto trimestre de 2009, el PIB de EU se expandió a tasa anualizada de 5.6% respecto al trimestre previo, pero se desaceleró en el primer trimestre de 2010 hasta una tasa anualizada de 3.2% respecto al trimestre previo. De igual modo, la tasa de desempleo, que había brincado de 4.7% en octubre de 2007 hasta 10.1% en octubre de 2009, descendió a 9.7% en enero de 2010, pero se mantuvo en este nivel durante febrero y marzo.
La debilidad de la recuperación económica de EU se refleja en el prestigiado Chicago Fed National Activity Index, basado en 85 indicadores de periodicidad mensual. En su versión de medias móviles trimestrales (CFNAI-MA3), este indicador había registrado una recuperación desde -0.85 puntos en octubre de 2009 hasta -0.13 puntos en enero de 2010, pero volvió a caer a -0.39 puntos en febrero y apenas registró -0.18 puntos en marzo. Ergo, no se vislumbra un crecimiento robusto de la economía de EU, con el consiguiente incremento robusto de su demanda de importaciones.
Hay que ampliar la mirada: lo que más nos preocupa en el Departamento de Análisis Macroeconómicos del IIE-UNAM no es tanto la tasa de crecimiento que finalmente registre México en 2010, sino su desempeño de largo plazo. Como señalamos el 8 de abril pasado: “Si no se introducen cambios fundamentales en la estrategia económica, México estará condenado a mantenerse dentro del mismo ciclo largo de bajo crecimiento: durante el periodo 1983-2009, la economía nacional apenas creció a una tasa media de 2.1% anual, mientras que otras economías, como la coreana, lo hicieron a tasas superiores al 6%. El PIB de China creció a una tasa media de 10.1% anual durante el mismo lapso. En términos de ingreso nacional por habitante, el desempeño económico de largo plazo es más preocupantes: el PIB per cápita de México sólo creció a una tasa de 0.5% anual en el periodo 1983-2009, sin considerar a los 12 millones de mexicanos que emigraron al extranjero durante dicho periodo; si se les considera, el incremento del PIB per cápita mexicano fue de apenas 0.1% anual. Tenemos casi tres décadas perdidas de desarrollo”.
Por eso, insistimos en nuestra propuesta de modificar la estrategia económica, a fin de pasar a un nuevo modelo de desarrollo que permitiría a la economía mexicana “crecer a tasas de 6% a 7% anual y duplicar nuestro producto interno bruto cada 10 años”. Este es el reto.
Investigador del IIE de la UNAM






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