miércoles, 9 de marzo de 2011

INDECENTE HIPOCRESÍA

Javier Nart / elEconomista.es
Ante la dramática situación que sufre el pueblo libio, la hipocresía de la Comunidad Internacional alcanza cotas olímpicas. Comunidad reducida a la formada alrededor de la hegemonía norteamericana.
Gran Bretaña saca pecho rompiendo relaciones con el abyecto régimen de Gadafi y anunciando la congelación de sus activos financieros? olvidando que era ayer cuando recibían con sonriente semblante al mismo asesino cuya trayectoria sangrienta comenzó hace 40 años, no el pasado 17 de de febrero.
España -progresista y de izquierdas, según dicen- no hace tanto que recibió al mismo del que hoy abjura. Y también le vendimos armas. Zapatero no hizo otra cosa que seguir los pasos del anterior presidente, José María Aznar.
La Unión Europea ahora prohíbe la visita de la familia del sátrapa, congelando sus cuentas y, ¡¡asómbrense!!, prohibiendo la exportación de armas. Sí, es la misma Europa que fue el mayor proveedor de armas al monstruo que ahora condenan.
Debe reconocerse que era harto difícil predecir el estallido del pueblo libio. Pero han pasado ya dos semanas desde su inicio y la pacata diplomacia europea sigue contemplándose el ombligo en decisiones metafísicas mientras ese pueblo es masacrado.
Congelar activos, prohibir viajes, expulsar de Comités de la ONU, advertir amenazadoramente es risible si no fuera ofensivo. Hoy el pueblo libio necesita medidas eficaces: la prohibición de vuelos, la ruptura con el régimen de Gadafi y el inmediato reconocimiento del precario Gobierno alternativo de Bengasi.
Y en el supuesto de que Gadafi cambie en su favor la situación militar, la intervención directa separando los contendientes a modo de misión de paz, lo que unido al absoluto bloqueo del dictador significará su derrumbe.
La diplomacia es necesaria cuando hay tiempo, cuando las medidas políticas son eficaces. Pero al asesino, al violador, no basta con enseñarle el Código Penal: es necesario enviarle la policía. Y dispararle si es preciso.
Javier Nart. Abogado.

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