Clientes y bancos son más cautos en el uso de las tarjetas: Condusef
A pesar de estar sin empleo durante un año, Ricardo Martínez optó por pagar sus tres adeudos con instituciones bancarias.
El acoso de las áreas de cobranza, que eran permanentes, no fue lo único que lo impulsó a liquidar sus pasivos, sino la imposibilidad de obtener otro crédito si se le boletinaba con una nota negativa en el Buró de Crédito.
Para saldar sus deuda, Ricardo se quedó sin coche; se deshizo de plumas, navajas multiusos suizas, corbatas y hasta lociones usadas.
Una vez que tenía en sus manos el dinero por la venta de su auto, acudió con Banamex para iniciar la reestructura de un crédito por 70 mil pesos. Le aplicaron una quita de 40% y logró finiquitar por completo su deuda, que era la más alta.
Hizo lo mismo con Bancomer y HSBC, con ambas también logró un acuerdo y en una optó por pagar el mínimo, pero se mantiene al corriente.
La crisis económica obligó también a los bancos a buscar mecanismos que apoyaran a clientes que por el cambio de circunstancias perdieron alguna fuente de ingresos.
El esfuerzo entre clientes e instituciones ya muestra resultados.
En el último año, la cartera vencida de la banca empezó a bajar, sobre todo en tarjetas de crédito.
El Banco de México reveló que este indicador llegó a su nivel más bajo desde 2006 y en enero de 2011 se ubicó en 10 mil 642 millones de pesos.
En el mismo mes de 2010, el saldo llegó a 18 mil 817 millones de pesos, en tanto que en 2009 ascendió a 30 mil 812 millones de pesos.
Incluso, datos del instituto central detallaron que entre 2008 y 2010 los clientes de bancos cancelaron poco más de 5 millones de plásticos.
Mayor prudencia
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), destacó que los tarjetahabientes y las instituciones bancarias son más cautelosos en la oferta y el uso del “dinero plástico”.
En 2010 se invalidaron, en promedio, 2 mil 560 plásticos al día, mientras que en 2009, cuando la crisis tuvo un mayor impacto en las familias, la cifra era de 8 mil plásticos diarios.
Ignacio Deschamps, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), aseguró que se logró dar la vuelta a la cartera vencida, ya que inició un proceso de descenso.
Recordó que entre 2008 y 2010 se concretaron 2 millones de reestructuras de préstamos tanto vencidos como de quienes buscaron mejorar las condiciones del crédito.
En busca de soluciones
Durante la crisis económica, por lo menos 10 bancos ofrecieron planes de renegociación de adeudos a morosos y a clientes al corriente que podrían caer en vencimientos.
Los esquemas consistieron en descuentos en tasas de interés, una ampliación del plazo, así como quitas de hasta 50% al saldo total.
También se ofrecieron incentivos para los tarjetahabientes cumplidos.
Guillermo Babatz, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), afirmó recientemente que los programas de reestructura para los clientes con problemas de pago deben ser permanentes.
Es necesario, dijo, que prevalezcan mecanismos de entendimiento entre los intermediarios y clientes.
El Banco de México puntualizó en sus indicadores que otro de los rubros que presentó un descenso fueron los préstamos hipotecarios, que pasaron de 15 mil 682 millones de pesos en enero de 2010, a 13 mil 213 millones de pesos.
El acoso de las áreas de cobranza, que eran permanentes, no fue lo único que lo impulsó a liquidar sus pasivos, sino la imposibilidad de obtener otro crédito si se le boletinaba con una nota negativa en el Buró de Crédito.
Para saldar sus deuda, Ricardo se quedó sin coche; se deshizo de plumas, navajas multiusos suizas, corbatas y hasta lociones usadas.
Una vez que tenía en sus manos el dinero por la venta de su auto, acudió con Banamex para iniciar la reestructura de un crédito por 70 mil pesos. Le aplicaron una quita de 40% y logró finiquitar por completo su deuda, que era la más alta.
Hizo lo mismo con Bancomer y HSBC, con ambas también logró un acuerdo y en una optó por pagar el mínimo, pero se mantiene al corriente.
La crisis económica obligó también a los bancos a buscar mecanismos que apoyaran a clientes que por el cambio de circunstancias perdieron alguna fuente de ingresos.
El esfuerzo entre clientes e instituciones ya muestra resultados.
En el último año, la cartera vencida de la banca empezó a bajar, sobre todo en tarjetas de crédito.
El Banco de México reveló que este indicador llegó a su nivel más bajo desde 2006 y en enero de 2011 se ubicó en 10 mil 642 millones de pesos.
En el mismo mes de 2010, el saldo llegó a 18 mil 817 millones de pesos, en tanto que en 2009 ascendió a 30 mil 812 millones de pesos.
Incluso, datos del instituto central detallaron que entre 2008 y 2010 los clientes de bancos cancelaron poco más de 5 millones de plásticos.
Mayor prudencia
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), destacó que los tarjetahabientes y las instituciones bancarias son más cautelosos en la oferta y el uso del “dinero plástico”.
En 2010 se invalidaron, en promedio, 2 mil 560 plásticos al día, mientras que en 2009, cuando la crisis tuvo un mayor impacto en las familias, la cifra era de 8 mil plásticos diarios.
Ignacio Deschamps, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), aseguró que se logró dar la vuelta a la cartera vencida, ya que inició un proceso de descenso.
Recordó que entre 2008 y 2010 se concretaron 2 millones de reestructuras de préstamos tanto vencidos como de quienes buscaron mejorar las condiciones del crédito.
En busca de soluciones
Durante la crisis económica, por lo menos 10 bancos ofrecieron planes de renegociación de adeudos a morosos y a clientes al corriente que podrían caer en vencimientos.
Los esquemas consistieron en descuentos en tasas de interés, una ampliación del plazo, así como quitas de hasta 50% al saldo total.
También se ofrecieron incentivos para los tarjetahabientes cumplidos.
Guillermo Babatz, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), afirmó recientemente que los programas de reestructura para los clientes con problemas de pago deben ser permanentes.
Es necesario, dijo, que prevalezcan mecanismos de entendimiento entre los intermediarios y clientes.
El Banco de México puntualizó en sus indicadores que otro de los rubros que presentó un descenso fueron los préstamos hipotecarios, que pasaron de 15 mil 682 millones de pesos en enero de 2010, a 13 mil 213 millones de pesos.
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